Tanto Jaramillo, como Tomás, que en principio se conocían poco, eran asiduos a la misma cafetería de una vecindad de Benidorm, donde todas las tardes se reunían con otros amigos para jugar al domino y tomar sus carajillos, entre sus historias, bromas, ratos de risas y compañía.
Una tarde cuando entraron vieron un cartel grande, que anunciaba que se iba a hacer una Caravana de Hombres a un pueblo de Cantabria, uno en donde la mayoría de la población eran mujeres y solteras. No daban crédito a sus ojos, ya que esto se comenzó a hacer en España , años atrás y nunca habían visto un cartel igual. Ya de ahí, claro empezaron las guasas, los chistes y las risas y a ver quien tenia lo que tenia que tener para apuntarse.
Esto siguió así días y días , hasta que un día que estaba Jaramillo sentado lado a lado en la misma mesa con Tomas, le comentó: Bueno Tomás que tal si nos apuntamos a esta caravana, los dos somos viudos, estamos solos y bueno, ya sabes como es la vida en solitario, siempre es bueno llegar a casa, compartir momentos y si tienes suerte encontrar el amor. Tomas, respondió , pues si , si que tienes razón, pero a nuestra edad ya…. Como decía Jaramillo la edad no importa, sino el espíritu y la alegría que eso daría, ya no por el hecho de si conocían a alguien o no, sino el viaje, la diversión, la cháchara, el llegar, todo el alboroto que se formaría y luego la gran verbena con música y baile y claro bellÍsimas mujeres buscando el amor también.
Estuvieron mascando sobre ello días y días, y no que fuera una solución pero como todavía había tiempo para apuntarse y ahorrar algo extra para el evento, pactaron ir los dos al bingo unas cuantas veces por semana y a probar suerte. Y así hicieron, fueron fieles a su idea y estuvieron yendo al bingo unas dos veces por semana, un mes tras otro. Ya habían pasado 4 meses y entre el bote inicial que pusieron los dos para jugar al bingo, habían ganado una pequeña diferencia, pero claro, si iban a viajar y quien sabia, conocer a alguien, esa diferencia tendría que ser mayor.
Una vez a la semana, la Sala hacia un Bingo especial que ofrecía premios mayores, y claro el cartón a la larga les salia mas caro, pero esta vez, decidieron ir a probar suerte. Como la suerte no se busca, sino que se encuentra, decidieron echarlo a cara y cruz y si, salio cara y ahí se metieron con mucha pasión y esperanza, mucha esperanza.
Entre el bullicio de la gente, las bolas que se cantaban por micrófono bien alto, las señoras gritando y todo un festín, estaban Jaramillo y Tomas pendientes a sus cartones como dos chavales esperando que les sacaran el pastel. Salieron varias veces a tomar el aire y echar un pitillo y la séptima vez, se sentaron ya desalentados y volvieron a jugar otras partidas de Bingo. En la cuarta ronda, Jaramillo empezó a codear a Tomas mas y mas y de repente como si no le `pudiera salir la voz, empezó a balbucear y luego a gritar, Y BINGOOOOOOOOOOO, BINGOOOOOOOOOOOOO Y BINGOOOOOO, VAYA QUE SI, QUE ESTE ERA EL NUESTROOO, BINGOOOOOOOOOOOOO. Habían conseguido amañarse con 6.000€ cada uno con lo que salieron de ahí bien contentos, jactándose de tal premio.
Al día siguiente les falto tiempo para apuntarse a la caravana de hombres que tenia previsto salir en 30 días con toda una programación de llegada, comidas, eventos, estancias y demás. Lo celebraron por todo lo alto en la cafetería con sus amiguetes del domino y empezaron a especular sobre el viaje y quien de los dos encontraría el amor y se traería consigo una compañera y compartir su vida juntos.
ENHORABUENA Y UN ¡OLÉ! A JARAMILLO Y TOMAS POR EL BINGO QUE PODRÍA HACER CAMBIAR SUS VIDAS
