Paco, un hombre curtido de la mar y patrón de un barco pesquero en la Línea de la Concepción, y después de muchos años de una labor ardua en la mar, muchas madrugadas, echar y recoger redes, vender en la lonja y algún que otro susto por los temporales, le llegaba la jubilación en unos días.

Los demás pescadores del barco de Paco, que llevaban años con el, día tras día, lo sabían y y no dejaban de hablar de cuanto lo echarían de menos y maquinando como darle una sorpresa de despedida, aunque seguro que Paco no dejaría de pasar por el barco, irse a la mar con ellos o estar por la lonja, que en definitiva era toda su vida.

Pensaron que un fin de semana, sería ideal, mas aún un sábado por la tarde noche y pasarlo en Algeciras. No lo pensaron dos veces y empezaron a hacer planes, decidieron entre todos alquilar un mini bus con conductor para poder pasárselo en grande sin problemas. Conocían la afición de Paco de ir a jugar sus binguillos regularmente en una de las Salas de Bingo de la Línea, al cual a veces iba solo o con algunos de los pescadores. Mas de una vez, les toco un bingo y en plan peña, lo compartían celebrándolo con una buena cena a todo postín y unas buenas copas echando unos bailes en la discoteca cercana.

Pero esta vez, iban no solo a cenar y pasarla bien a Algeciras, nada mas y nada menos, sino que llevarle a una de las grandes Salas que había en el centro y bien conocida. Y así fue, se hartaron de una buena mariscada y buen vino y luego, marcharon para la sala. Entraron en la sala, maravillados del ambiente, toda enmoquetada de un azul marino, luces brillantes y coqueta, se sentaron en una de las grandes mesas redondas y empezaron a echar cartones y a jugar a lo grande. Siendo sábado, la Sala estaba abarrotada de gente y como no, los premios de bingo, muy suculentos , por no nombrar el bote acumulado.

Las bolas de bingo salían una tras otra en las pantallas, cantadas por voz, de todos lados , y después de haber echado al menos unos 30 bingos, Paco de repente empezó a reírse a carcajadas si poder parar, los compañeros le miraban y le decían , que Paco , que pasa, y Paco entre carcajadas apenas le salia cantar ¡¡¡¡¡BINGO!!!!!!, los compañeros empezaron a gritar al unisono Bingooo, bingoooo ya que a Paco todavía no le había salido la palabra. La carcajada no era para menos, les tocó un bingo de 16.000€ y un Bote de 22.000€ acumulado, un total de 38.000€ de una vez.

Paco, atónito por no decir sus compañeros de barco y vida. Repartieron el premio entre ellos, pero como habían acordado, la suma que recibiría Paco sería mayor como regalo para su jubilación y por ser un buen compañero de trabajo y amigo durante tantos años. Por supuesto que el resto de la noche se la pasaron celebrándolo en la discoteca bailando a lo loco hasta bien entrada la madrugada.

ENHORABUENA y un gran ¡OLÉ! A Paco y compañeros de trabajo.

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